viernes, 28 de mayo de 2010

Nuestro norte, debe ser el sur

Abrazado a millones, en un mar de brazos, de almas, siento que hemos vuelto casa, América del sur. Que a pesar de tanto daño, de tanta muerte, de tanta mentira, de tanta bota, a pesar de la complacencia de algunos que permitieron el espanto, nuestro destino es ser grandes y libres, soberanos, hijos de esta tierra.

Por un momento soy todos ellos, sus voces se amontonan en los remansos de mi cerebro, explotan en mi corazón y se hacen nudo en mi garganta, me muerden el lagrimal con alegría.

Las voces de la vanguardia luminosa de mayo repican en el cuero del tambor americano, nos llaman, nos imploran, nos empujan a refundar la historia, con valor, convicción, entrega y alegría, que debería ser la única forma de encarar semejante empresa, dejando de ser gente, para volver a ser pueblo.

Las voces se hacen nítidas. Tienen nombre y apellido. Han firmado con sangre, sudor y lágrimas el compromiso con esta bandera de tierra que llamamos Sudamérica.

Tupac, Moreno, Castelli, Belgrano, Monteagudo, Guemes, San Martín, Artigas, Zapata, Sandino, Guevara, Eva y los 30.000, hablan la misma lengua, la de la Patria Grande y dicen, que nuestro norte, debe ser el sur.

Los carroñeros de siempre se retraen a sus guaridas, se agazapan, vuelven a la oscuridad que los ha parido, pero sólo para tomar fuerzas.

Hoy, más que nunca, compañeros ¡O juremos, con gloria, morir!

Pongale un alambre al posteo aqui...