
Siesta*
Indisoluble,
Tensión que raspa en la plenitud geométrica de los sueños oblicuos,
Cual niño inhibido al descubrir el sabor severo de la sangre
Las torcazas planean vuelos agudos,
Efímeros simulacros de suicidios.
Escenarios:
Circos microcéntricos de cables entrecruzados sin redes de protección.
Acontece un día otro y un palomo gordo mira de soslayo las migajas
Que el inquilino arroja al zócalo sucio de la piedad de su ventana de la tarde.
Se acentúa una siesta de temporal; quizás la ultima.
Transpiran las cosas ordinarias de la habitación blanca,
Mientras,
La bruma busca con ahínco sus perfiles oscuros en la tarde-sombra.
La violencia del otoño en la ciudad
[Tampoco reniega de la hora de la siesta.
*Siesta: fenómeno no meteorológico aunque si natural que solía gestarse en un sin fin de puntos “X” del espacio-mundo, conformando logias e intersecciones de aromas y piques de sonidos vagos. Dicho acontecimiento da lugar a las sombras, y es en las mismas, donde se practican ambivalentes silbidos, desde tangos y milongas hasta zambas y candombes, en los cuales se rozan feroces los vahos y lloran los recuerdos, los faroles y las grutas. Sin embargo, los niños en dicho momento, prefieren jugar canciones, arrojar piedras a los ríos forzando brincos que no salpiquen bruscamente, trepar ombúes o desterrar lombrices. Para los niños, la siesta y la muerte no son más que cosas de adultos.
Indisoluble,
Tensión que raspa en la plenitud geométrica de los sueños oblicuos,
Cual niño inhibido al descubrir el sabor severo de la sangre
Las torcazas planean vuelos agudos,
Efímeros simulacros de suicidios.
Escenarios:
Circos microcéntricos de cables entrecruzados sin redes de protección.
Acontece un día otro y un palomo gordo mira de soslayo las migajas
Que el inquilino arroja al zócalo sucio de la piedad de su ventana de la tarde.
Se acentúa una siesta de temporal; quizás la ultima.
Transpiran las cosas ordinarias de la habitación blanca,
Mientras,
La bruma busca con ahínco sus perfiles oscuros en la tarde-sombra.
La violencia del otoño en la ciudad
[Tampoco reniega de la hora de la siesta.
*Siesta: fenómeno no meteorológico aunque si natural que solía gestarse en un sin fin de puntos “X” del espacio-mundo, conformando logias e intersecciones de aromas y piques de sonidos vagos. Dicho acontecimiento da lugar a las sombras, y es en las mismas, donde se practican ambivalentes silbidos, desde tangos y milongas hasta zambas y candombes, en los cuales se rozan feroces los vahos y lloran los recuerdos, los faroles y las grutas. Sin embargo, los niños en dicho momento, prefieren jugar canciones, arrojar piedras a los ríos forzando brincos que no salpiquen bruscamente, trepar ombúes o desterrar lombrices. Para los niños, la siesta y la muerte no son más que cosas de adultos.
6 alambres sueltos que ya se desalambraron:
Y si, loco..alguien tenia que hacerse cargo de la seccion rosa del blog...asi que ta, voy a encarar esa faceta, porque por lo que veo, aca "crispados" sobran..jeje..
pd1: si, se pueden añadir fotos a lo que uno postea
pd2: porque nadie firma lo que sube, asi no vale, che!
Vos Tampoco lo firmaste asi que shhhhhhh
Yo noy crispada...crispadita puede ser..
Prometo que subiré algún día, algo digno de TU sección rosita..
ajaja si que lo firme, querida...me parece que todavia estas dormida..los vemo!
"Los niños en las esquinas forman la ronda catonga" (zitarrosa)
Con mis hermanos como giles jugabamos a "quien se hace mejor el dormido"
"La muerte y la siesta no son más que cosas de adultos". Toda una definición; una postal de un rinconcito del alma. Gracias.
Yo no soy adulta y todos los días llego del trabajo y duermo un genial siesta con mi adulta hermana Paula de 5 años.
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